Desde el escritorio y perspectiva de un Project Manager.
Cuando hablamos de la gestión de proyectos deducimos que no es una tarea sencilla, ya que la figura del Project Manager no ejecuta solo, si no requiere y se apoya de las áreas funcionales de una empresa, como de los demás miembros del equipo para poder avanzar y construir proyectos sólidos, fuertes y sobre todo rentables.
Al trabajar en una - es importante conocer cuál es la figura del PM. Quien es el encargado de velar por la dirección de los proyectos, sean internos o comerciales, ya que se vuelve un guía de calidad en cuestión de contenido, atención al cliente y puente de comunicación entre las diferentes áreas que conforman la empresa, para presentar resultados impecables e íntegros, desempeñando desde la revisión de procesos, hasta el cumplimiento de tareas.
Ya sea para un proyecto de naming, un rebranding hasta una estrategia de marketing o mantenimiento de marca, los cuales son planeaciones más robustas y complejas.
La gestión de proyectos a lo largo de los años se ha transformado y se ajusta al desenvolvimiento de cada organización según sus necesidades, y puede ser desempeñada por Ejecutivos de cuentas, Project Managers, o Scrum Masters, en los cuales cada perfil contiene habilidades específicas para poder desarrollar este rol dentro de la organización.
De última instancia con la transformación digital en los últimos años, las empresas han apostado por el sistema ágil para la realización de sus actividades como metodología eficaz para el cumplimiento de de sus objetivos, haciendo un modelo atractivo y funcional como mood de trabajo, pero aún más que eso, un estilo de crecimiento profesional.
Es importante destacar que la agilidad se enfoca en un desarrollo orgánico de las personas, ya sea que estemos hablando de clientes o colaboradores, se interesa porque la función de cada uno sea feliz, natural y flexible, para que resultado sea mejor y prometedor, pero, aún va más allá de ello, la agilidad busca una forma diferente de pensar y de organizar, por lo que unifica un conjunto diferente de disciplinas que se interrelacionan entre sí, siendo cada una dueño de su parte dentro de las actividades a desarrollar dependiendo su área de expertis, pero evitando que existan esfuerzos unilaterales y que al final perdieran unicidad cuando se llega al resultado, y se perciba como una falta de correlación.
Es cierto que la agilidad no es para todas las empresas, pero es una realidad que ésta permite adaptarse a diferentes industrias, por ello como especialistas en branding te quiero contar porque para nosotros nos llegó como anillo al dedo el adoptar esta metodología.
Al ser una empresa que se dedica al desarrollo de marcas nos regimos por avances que llevan un orden y un proceso, pero que no son estrictamente rígidos en su construcción, sino puedes ir desarrollando una fase y en paralelo ir avanzando con otra dependiendo de lo que el servicio de branding lo permita, sin necesidad de esperar hasta cerrar la etapa anterior y empezar una nueva, como el método de cascada que estrictamente no inicias una tarea hasta que no terminas otra sin importar si son dependientes entre si, es por ello que tenemos proyectos flexibles y es por lo mismo que decimos que no es para todas las empresas, porque no todas pueden disponer de esta adaptabilidad en sus procesos.
También nos regimos por entregables ya que al ir desarrollando una construcción de marca no se resumen en un resultado final, ni es un sólo paquete, sino al ser diverso el ciclo de vida del branding nos permite ejecutar un proyecto en partes pequeñas hasta culminarlo, testeando cada fase avanzada, corrigiendo errores, previsualizando fallas y asegurando que el producto final sea óptimo y funcional, y que además resuelva no sólo las necesidades previstas en el arranque del mismo, sino toda las demás que se fueron presentando durante el trabajo.
Algo que como Project Manager me encanta del modelo ágil es que permite tener expectativas realistas de la ejecución en función del tiempo disponible, la capacidad instalada y de quien colabora, sin que el equipo tenga la tarea de entregar más de lo que es posible, o menos de lo que se puede alcanzar, cuando aprendes a conocer estos parámetros, y más si es en hitos cortos, por ende se aprende a reconocer el rendimiento y reflejar eso mismo en la planeación de la siguiente etapa o proyecto similar.
Una cosa que hemos identificado que ofrece el branding es que es un servicio personalizado, algo que con metodologías tradicionales no puedes hacerlo al 100%, es decir, en la agilidad una de tus prioridades es centrarte en resolver el problema y no enfocarte en el problema en sí, hay veces que tienes soluciones óptimas y perfectas, pero esas mismas no son las adecuadas para tu cliente, para el proyecto o al equipo, entonces es ese cambio de pensamiento en que se debe buscar la forma de transformar esa solución para hacerlo fluyente y funcional para todos, muchas veces estamos acostumbrados a que debemos “educar” al cliente con base en nuestros procesos cuando a lo mejor no te has dado cuenta que conocerlo, encontrar su funcionamiento puedes fluir más rápido y por consiguiente obtener un mejor producto.
Al convertirnos en una agencia ágil es un plus que nos ayuda al fortalecimiento de nuestra marca, de nuestros procesos, de nuestra calidad, de nuestra atención al cliente o de nuestro desarrollo profesional como colaboradores, porque no solo es vender, sino mejora la percepción que se tiene del branding en México como un efecto colateral.
Aún seguimos en nuestro proceso de evolución, sabiendo que no es un camino fácil pero siempre buscando crecer, pero sobre todo crear marcas asombrosas que transmitan nuestra creatividad al mundo, porque somos branders de corazón…
Aún hay mucho por contar sobre la agilidad, creo que esta lectura continuará, ¿Y quién sabe?, a lo mejor la continuación de este blog la leas desde la perspectiva de un Scrum Master, o sea yo, Abdeel Luna, un Project Manager adaptado al mundo digital.
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